viernes, 12 de noviembre de 2010

Conclusión: Taller para maestros y  profesores de educación física.

Como formadora de formadores, cuando propongo completar el cuestionario tengo la intención de lograr un aprendizaje mutuo. Puntualizo que las respuestas son anónimas para que los docentes y estudiantes se animen a contestaciones sinceras y honestas que nos enriquezcan a todos. A vecessucede, a veces no. Antes de taller me interesa recavar los conocimientos previos, si hay información y entendimiento sobre el concepto de corporeidad y el trabajo de identidad corporal, asi como también enterarme de cuál es la expectativa depositada en la práctica que se va realizar.

Generalmente en taller es impartido en ámbitos donde se ha trabajado el tema con bibliografía específica, o después de conferencias, charlas y seminarios donde se ha expuesto un marco teórico referente. Por ello es común encontrar que tanto profesores como alumnos tienen claro el concepto de cuerpo que se trabajará: una noción amplia, multidimensional, abarcadora e integradora de numerosos y complejos aspectos que hacen la corporiedad y la identidad. La expectativa que aparece en las contestaciones es rotunda, imperativa y precisa. La mayoría de los formadores piden: “ Por favor, muéstrame qué hacer”. Y preguntan sobre su práctica: “¿Qué tengo que dar?”, “¿Cómo lo tengo que dar?”, “¿Estará bien lo que estoy haciendo?” Lo corriente es que esperan aprender vivenciando la idea con actividades reveladoras. Después de pasar por el taller, los contenidos dejan de ser afirmaciones o declaraciones teóricas; de la mano de las emociones aparece un yo, un otro y un nosotros decubierto, palpable, grafíco, percebido, sentido, mostrado y compartido.

El reconocimiento de las diferencias, las similitudes y la necesidad de profundizar en un camino inaugurado se manifiestan en la mayoría de las respuestas.
Se abre también un abanico de ideas, de posibilidades de acción: algunos reafirman su pràctica y se inspirar para recrearla; otros piensan que pueden hacer transposiciones didácticas condiferentes fines; otros encuentran ni mas ni menos que un rasgo de su identidad en algún recuerdo evocado, en algún movimiento realizado, el algún sueño pronunciado.
Habitualmente se respira en el ambiente la construcción de una imagen corporal que amiga con uno mismo y une con los demás, en el eco de las conversaciones que se entablan entre compañeros, en el intercamboi que se genera entre colegas, en el gesto, en la palbra, en la sonrisa que confirma la satisfacción de estar aprendiendo algo que sirve para la vida.

Bibliografía:
Título: La inteligencia corporal en la escuela. Análisis y propuestas.
Marta Castañer (coord.), Alicia E. Grasso, Cristina López, Mercè Mateu, Tomás Motos, Ricardo Sánchez.javascript:void(0)
Editorial: Graó, de IRIF, S.L. (Barcelona).

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