Decimos que hay escucha cuando hay observación, y ambas suponen una compresión de lo que el niño nos expresa a lo largo de cada sesión de psicomotricidad. Para que se produzca la observación es necesario hacer pequeños altos en la sala para observar a los niños y niñas, y podernos trazar un proyecto pedagógico en base al momento evolutivo del grupo y de cada niño o niña dentro de este.
Es fundamental analizar cómo es nuestra observación e interacción con este, si tenemos constancia de los diferentes niños y niñas que han estado en la sesión, a quienes nos hemos acercado más, a quienes menos y tal vez a quienes hemos ignorado, analizando si esto se mantiene durante varias sesiones, porque puede ser el resultado de una transferencia nuestra, evitando a aquellos niños que nos suponen algunas dificultades, que reflejan quizás nuestras propias dificultades. Puede ocurrir que aquellos niños y niñas que no se acercan o se acercan menos, son quizás los que más necesidad de atención tienen.
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