Según Defontaine, J. (1978), condiciona directamente la adaptación del sujeto en el espacio y en el tiempo. Refieren Picq y Vayer (1969), que un esquema corporal bien integrado implica:
• la percepción y el control del propio cuerpo;
• un equilibrio postural económico;
• una lateralidad bien definida;
• la independencia de los segmentos en relación al tronco y unos en relación con los otros;
• el control y el equilibrio de las pulsaciones o inhibiciones estrechamente asociadas al esquema corporal y al control de la respiración.
Como afirmara Le Boulch, un esquema corporal mal definido, significará un déficit de la relación sujeto-mundo exterior, que se traduce sobre el plano de la percepción (déficit de la estructuración espacio-temporal), de la motricidad (torpeza, incoordinación, malas actitudes), y de la relación con el otro (incidencia sobre el plano relacional y caracterial).
Iturria: http://www.efdeportes.com/efd108/psicomotricidad-y-necesidades-educativas-especiales.htm
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